viernes, 3 de octubre de 2008

Tomás se sento en un banco

Tomás se sentó en un banco
Tomás siempre le tuvo miedo a los espacios abiertos, se despertaba a media noche llorando, desconsolado, porque le perseguía, en un inmenso prado, un hombre oscuro con una saco. Él corría y corría, hasta que despertaba gritando en los brazos de Marta, su querida mama, que le acurrucaba hasta que el sueño volvía a apoderarse de él.
Tomás no quería salir, Marta le insistía día tras día, pero no, él sólo iba, de casa al cole, del cole a casa, de casa a la universidad, de la universidad a la casa, de la casa al trabajo, del trabajo al psicólogo, del psicólogo a casa.
En sus sesiones con Don Pedro, le contaba una y otra vez su sueño. Don Pedro le decía que tenía que romper con ese circulo; quería que fuera otro, que comenzara a vivir.
Un día del Psicólogo a casa, se encontró con Josefa; gordita, risueña, con unas pecas en la frente y en las manos muy llamativas y el pelo de un rojo pasión que lo perturbaba. Ella lo saludo y le tocó en la mano. Tomás asustado corrió y corrió a casa, desesperado no podía articular palabra.
Una tarde salió del trabajo y toco en la puerta de Josefa, ella le dejo entrar......................

De la casa de Josefa al trabajo, del trabajo al psicólogo, del psicólogo a casa de mama, de casa de mama a casa de Josefa.
Los sueños que habían desaparecido, volvieron y se despertó una noche sudoroso, abatido, llorando desconsolado, gritando; el hombre oscuro estaba encerrado en un cuarto y apretaba en sus manos un saco viejo.
Josefa lo abrazó amorosamente, le decía que sólo era un sueño.
Tomás salió de casa de Josefa y se sentó en un banco; junto a él una botella de vino vacía. Del banco a casa, de casa al trabajo, del trabajo al psicólogo, del psicólogo al banco.
Ya no recuerda su nombre, Josefa le lava la cara, Marta se sienta a su lado y le aprieta la mano, ellas se miran y lo miran.